Dentro de mi familia fui nombrada como muchas cosas, pero ahora se que soy una Buscadora. No me gustaba el colegio, no me gustaba dormir sola y nunca me doblegué….hasta que lo hice! Anhelando el amor materno pasé por todos los aros imaginables y en el impasse perdí mi vocación y mi deseo. Aunque pintaba desde bien pequeña, y siempre escuchaba y contenía a mis hermanas, cuando llegó la hora de elegir carrera, no me decidí por Bellas Artes o Psicología. Escogí Relaciones Laborales.
Las carreras y los títulos están sobrevalorados, por mí la primera!. Mucho tiempo me negué algo genuino de mi ser esencial, que es ver a través de las personas, entender sus motivos y aportarles luz. Esto es un don, y no se adquiere ni con títulos ni con carreras de Psicología, citando a Laura Gutman. Obviamente mi carrera profesional era anodina e insustancial porque ahí no vibraba mi ser esencial ni podía ofrecer las habilidades que traía para desplegar a este mundo. Pero entonces no lo sabía, y lo achacaba a motivos externos.
Fue a través de la maternidad de mi primera hija, Lucía, que se produjo un quiebre en mí. Algo empezó a cambiar…No quería seguir perpetuando la educación que yo había recibido, pero no sabía cómo hacerlo. Entonces llegó a mis manos el libro de Laura Gutman “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”. Fue impresionante como LG ponía palabras a todas las sensaciones que yo tenía y que nunca nadie nombró. Y yo sentí que quería nombrarlas: a mis treinta y tantos empecé a aprender un lenguaje nuevo, el lenguaje emocional.
Me formé durante años en la escuela de Laura Gutman. De su mano aprendí la metodología e hice mi propia Bh (Biografía humana), que fue oro puro para mí. Me ofreció una nueva manera de mirar, además de empoderarme a sacar mi propio fuego y mi verdadera vocación, a tal punto que di un giro a mi profesión . Abandoné todo lo demás para dedicarme a ser terapeuta en Biografía Humana. A día de hoy tengo una casuística de más de 500 casos que hoy ofrezco a mis consultantes, en los que vuelco toda mi intuición, mi olfato y mis conocimientos sobre el comportamiento humano. Y todos mis consultantes son ejemplo vivo de que hacer un cambio es posible.